Comiendo terminaba de explicar a una Michelle agobiada cómo dar clase a los grupos que yo dejo dada mi marcha. A las 15:55 salía con Michelle a mi lado a dar clase. Hemos atravesado el pasillo, ella algo nerviosa, yo resignada a enseñarle todo lo que sé y a dar clase lo mejor posible.
Hemos entrado y once caras familiares ya me esperaban ansiosas, sentadas y con el cuaderno en la mesa. “Qué maravillosos sois” he pensado para mi cuando los he visto deseando aprender y sobre todo deseando que yo les enseñase.
Durante la clase todo ha ido como siempre, un poco de esto, otro poco de aquello. La clase ha terminado y ahora viene lo bueno.
Michelle se ha levantado con una expresión que no podría calificar me ha dicho varias cosas, importantes para mi:
“Maialen tienes una técnica que me encanta, eres una profesora excelente. Me encanta como explicas las cosas y has hecho que se me pase la hora volando. Eres una verdadera profesora” Le he dado las gracias y añade “Gracias a ti”.
“Wow” me he dicho “qué bien”
Esto me recuerda a lo que me dijo una profa de una uni, María Jesús. “You’re a real teacher, you’re excellent”
Venga chicas, que hoy ya he tenido mi dosis de ego docente, creo que los lectores estarán flipando y preguntándose A) si existe la tal Michelle B) si es posible que dé bien clase.
Bueno, sólo me hacía ilusión compartirlo, nada más
Y hace frío.
Y me encanta el frío.
Y me voy contenta.