Madrugar, ducharte, vestirte y desayunar a toda prisa, hacer la cama y la mochila corriendo, llegar a clase justo, aguantar un sermón, siguiente sermón. ¡Descanso! Otras 3 chapas mortíferas, en metro entre una multitud de gente a casa, comer atragantándote mientras intentas ver algo en la tele. Imposible, musica,ingles,deporte… Hora y media para intentar desconectar, autoescuela, una hora de tiempo libre dedicado a nuestras personas queridas. ¿Una hora? Qué estafa. A casa a ganarnos el pan de cada día, tiempo para deberes y quehaceres de la universidad, cena, hablar por telefono con las amigas que estan estudiando fuera, lavarte los dientes, pijama, ver un poco la tele,meterte a la cama a las 12 y recordar que se te ha olvidado hacer los deberes de Literatura.
Decides que Literatura lo haces en la cafeteria entre cafe y pintxo, y una vez que la cama este calentita y se este en la gloria parar tu mente y reflexionar: “¿he disfrutado este día?” Pause. Review. Play. ¿Acaso me he confundido de botón? No, es que realmente es así de rápido como se me ha pasado el día entre prisas y no, no lo he disfrutado porque no me ha dado tiempo para vivir cada momento, excepto en las tediosas horas de sermón, las cuales no son las mas adecuadas para ello.
Rutina, y encima estresante. A veces me pregunto si no sería mejor una vida tranquila en un caserío ordeñando vacas mansas, paseando rebaños relajadamente, peinando caballos recien pastados y desenterrando patatas perezosas. Tampoco estaría mal ser el burro del caserio de mi aitona, que cada día carga unas cuantas pajas y el resto se lo pasa en el campo pastando seguro, o dando un paseillo.
Tick tack tick tack,pero si no me he dado cuenta de que estoy reduciendo las pocas horas de sueño que tengo.Habrá que poner el despertador, 6:45. Ya no se puede ni parar a meditar y reflexionar un poco.