Se denomina correo basura (en inglés también conocido como junk-mail o spam) a una cierta forma de inundar la Internet con muchas copias (incluso millones) del mismo mensaje, en un intento por alcanzar a gente que de otra forma nunca accedería a recibirlo y menos a leerlo. La mayor parte del correo basura está constituido por anuncios comerciales, normalmente de productos dudosos, métodos para hacerse rico o servicios en la frontera de la legalidad. No deja de amargar la existencia a los usuarios de Internet cuando encuentran sus buzones rebosando con correos del estilo:
“Gane millones trabajando desde casa”
“Dieta milagrosa — pierda 10 kilos en una semana”
“Chicas XXX ardientes te están esperando”
Las listas de correo basura con las direcciones de correo electrónico de los clientes potenciales (o víctimas seguras) se crean frecuentemente cribando los mensajes de Usenet, robando direcciones en las listas de distribución o comprándolas en las bases de datos de los servicios en línea de Internet (sí, sí, las venden a terceros) o bien buscando direcciones por la red. Irónicamente, los propios spammers usan el spam para anunciarse, como en este anuncio que recibí recientemente.