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A ciencia abierta: iniciativas internacionales que catapultan el conocimiento

enero 29th, 2013 · No hay Comentarios

“La universidad más rica del mundo no puede afrontar el elevado coste de las revistas científicas de su biblioteca” escribía el 24 abril de 2012 Robert T. Gonzalez para la publicación electrónica io9. Pocos días antes el consejo académico de la Universidad de Harvard había emitido un comunicado en el que acusaba a las editoriales de estar haciendo de la comunicación académica un medio insostenible y elitista. Con un presupuesto anual de 3,7 millones de dólares para el conjunto de las suscripciones y costes superiores a 40.000 dólares por año de algunas cabeceras, denunciaba asimismo que el acceso por web se hubiera incrementado en un 145% en los últimos seis años. El comunicado concluía que “es insostenible mantener la suscripción de las principales revistas y, en particular, de sus ediciones electrónicas”. Consecuentemente, Harvard recomendaba a sus investigadores que enviaran sus trabajos a revistas de acceso abierto y renunciaran a formar parte de los comités científicos de las revistas que no permitieran el acceso abierto.

OpenSciencePSB

El acceso abierto a los textos académicos es una pieza clave de los tres movimientos que vamos a reseñar y que están estrechamente relacionados: ciencia abierta (open science), conocimiento abierto (open knowledge) y educación abierta (open education).

Open science

A medida que los soportes digitales van reemplazando a los analógicos se hace inevitable que la metodología de trabajo se haga acorde, lo que conduce inexorablemente a la ciencia abierta. El fin es que todos los estamentos sociales con inquietudes puedan acceder a los conocimientos derivados de la investigación científica. Las campañas por el acceso abierto, en las que participan las propias universidades, como la de Harvard, promueven la investigación abierta. La Public Library of Science (PLoS) es un ejemplo paradigmático de publicación científica de acceso abierto, pero no el único. Cada vez son más las asociaciones, fundaciones, o colectivos que utilizan el “autoarchivo” (self-archiving) de sus propias publicaciones científicas, muchas de ellas con evaluaciones interpares, y las ponen en línea con acceso libre mediante repositorios como arXiv o Eprint (vg. Hedatuz de EuskoMedia).

Más ambicioso si cabe es el modelo de ciencia de “cuaderno abierto” (open notebook), que reivindica las ventajas de compartir inmediatamente los resultados de los experimentos científicos entre los colectivos de especialistas. Existen plataformas de trabajo que se están desarrollando con este propósito, como Open Science Framework. Sus promotores  hacen suyos los argumentos de la obra Reinventing Discovery: The New Era of Networked Science, publicada en octubre de 2011 por el físico Michael Nielsen.

Open knowledge

En sintonía con la ciencia abierta está la promoción del conocimiento abierto. El conocimiento abierto es el que se puede usar, reutilizar y redistribuir libremente, sin cortapisas legales, sociales o tecnológicas. Se trata de un concepto ligado al código abierto. En línea con esta idea en mayo de 2004 se creó en Cambridge (Reino Unido) la Fundación del Conocimiento Abierto (OFKN), una organización sin ánimo de lucro que promueve los contenidos y datos abiertos. Su capítulo español se ha creado recientemente (OKFN Spain). Entre sus principales aportaciones cabe citar la plataforma de datos abiertos y enlazados Comprehensive Knowledge Archive Network (CKAN), que cumple un papel esencial en el despliegue del movimiento mundial por los datos enlazados (apadrinado por Tim Berners-Lee, director del Consorcio de World Wide Web).

Otra iniciativa es Open Cloud Consortium (OCC), con sede en Chicago (EEUU), que promueve soluciones libres de computación en la nube para la investigación asistencial, médica, ambiental o científica. OCC gestiona los recursos de la Open Science Data Cloud (OSDC).

Open education

La tercera iniciativa, complementaria con las dos anteriores, es la educación abierta. Sus objetivos son acercar el conocimiento al mayor número posible de personas y que los medios materiales dejen de ser un impedimento para acceder a la formación científica. De manera práctica la iniciativa se plasma en el diseño de programas de aprendizaje a distancia y en línea, Massive open online course (MOOC) y OpenCourseWare. La educación abierta presupone que estas plataformas sean de acceso libre, lo que no implica que se emitan de manera gratuita certificaciones de haberlas utilizado con provecho. Por ello existen organismos como UKAS en el Reino Unido o ANAB en los EEUU que atienden esta cuestión.

En definitiva, no por muy manida la etiqueta “sociedad del conocimiento” deja de tener actualidad. La forma de construir y compartir el conocimiento se transforma a pasos agigantados y muchos de los modelos heredados del pasado están quedando en desuso. Es una revolución inevitable y fenómenos como WikipediaPublic Library of Science (PLoS)Comprehensive Knowledge Archive Network (CKAN)Massive open online course (MOOC) no tienen marcha atrás.

Persisten, con todo, focos de resistencia, entre los que destacan las editoriales académicas. En 2012 el matemático Tim Gowers, impulsor del proyecto Polymath, declaró que nunca más publicaría en revistas científicas de Elsevier, por sus abusivas prácticas con las bibliotecas universitarias. Esta actitud ha encendido una protesta a escala planetaria a la que se han sumado decenas de miles de académicos de todo el mundo: The cost of knowledge. Invito a todos mis colegas a que apoyen esta protesta y el resto de iniciativas que catapultan el conocimiento sin fronteras.

Fuentes

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