Este artículo lo escribo en castellano porque se trata de una crítica a una web (o mejor dicho, a los anuncios de dicha web) española. Aunque estoy pensándome seriamente el escribir el artículo también en inglés.
Hace un rato estaba yo tranquilamente navegando por YouTube, cuando he visto que a la derecha de la pantalla ha salido el anuncio de El test de la muerte. Cualquiera que suela andar a menudo por internet tiene que haberse cruzado alguna vez con ese anuncio. Si no es así, felicidades, eres uno entre un millón, porque este anuncio está hasta en la sopa. Creo que no debo añadir que odio este anuncio con todas mis fuerzas, porque ¿hay algo más irritante que estar navegando por internet, escuchando tranquilamente tu música, y que te salga la risa de un anuncio? Aunque bueno, no sé que es peor, si este o el que salía (o sigue saliendo, no lo sé) tanto en el Fotolog, que se dedicaba a sacarte de quicio con su piii piii continuo, hasta el punto que, por lo menos yo, tenías que cerrar el fotolog.
Bueno, dejo de desviarme del tema… el caso es que, sin querer, he pasado el ratón por encima de este anuncio (y me he odiado por ello centésimas de segundo despues) y para mi sorpresa, no ha salido ninguna risita. No. Me ha salido la cara de Michael Jackson moviendo la cabeza y bailando al ritmo de Thriller… no me lo podía creer. Yo no soy de las que opinan que en la publicidad todo vale. ¿Dónde ha quedado el respeto a los muertos? Olvidemos por un momento que se trata del rey del pop… ¿creéis que a una familia le gustaría entrar a internet y ver cómo su padre, que acaba de morir, sale en un anuncio publicitario muy macabro moviendo la cabecita?
Quizás mi reacción es exagerada. Es posible que a la gente realmente le haga gracia, y para qué negarlo, seguramente están cumpliendo su objetivo y están recibiendo más visitas que nunca. Incluso han conseguido que yo me meta en mi blog, que hasta hace nada solo actualizaba por obligación, para hablar de ello. Pero yo, por mi parte, no voy a dar visitas a esa web. Es más, espero que no reciban visitas. Y por supuesto, no voy a poner ningún link a la web en este artículo. Desde mi punto de vista, no se lo merecen.
Y puesto a que no estoy en el messenger, ni hablando con mis amigos, si no escribiendo un artículo en un blog, me abstengo a hacer más comentarios respecto a este tema. Ellos verán lo que hacen. Yo, por mi parte, odio más aún (si cabe) el maldito Test de la muerte.
