Rosalie es la protagonista de una novela que me tiene entre sus garras. Ella es la responsable de la falta de horas de sueno reconfortante. Es una de esas personas de las que deseas saber todo, y que aunque lo sepas todo sabes que no dejará de sorprenderte nunca.
Hablaba Rosalie de los sentimientos. Decía ser consciente de la suerte que tenemos los seres humanos en general de poder mantener en secreto nuestros pensamientos. Hablaba, más precisamente, del margen que tenemos para actuar frente a una persona y a un sentimiento. El hecho de poseer la habilidad de pensar y reflexionar dice darnos margen para todo.
El ejemplo que daba Rosalie me encanta:
“Imagina el jardín trasero de una casita que da al mar. En el amplio jardín hay depositadas dos tumbonas y una mesa. Existe, también, un caseta de perro con perro incluído. En la tumbona háyase una mujer de 34 anos, de melena castana clara, ojos verdes y sonrisa burlona. Está reclinada en una de las mencionadas tumbonas, con un vaso que parece té helado y un libro abierto por la mitad. En este mismo instante en el que estamos sumergidos un hombre de 36 anos aparece en el jardín vecino levanta la vista hacia la mujer, se cruzan la mirada, el hombre desaparece y la mujer sigue bebiendo de su té.
No he descrito nada extrano, todo parece normal. Pero las cosas cambiarían drasticamente si te dijera que me he ahorrado lo que estaban pensando. Porque los pensamientos no se ven, y yo he descrito lo que se ve. […]
Seguramente cambiarías de opinión si te digo lo siguiente; el hombre que ha asomado la cabeza al jardín vecino siente una descontrolada pasión por la mujer sentada al sol. La mujer, a su vez, apenas ha podido controlar el tintineo de los hielos cuando un temblor anhelante ha recorrido su cuerpo.
He ahí la diferencia.”
?Es una suerte o una lacra el hecho de que los pensamientos sean sólo pensamientos?
